CUENTO ESCRITO POR DIABLO Y LUNA OSCURA
En el principio de los tiempos, antes incluso de que el hombre habitara el Edén, hubo una rebelión en el cielo. En desobediencia a dios los ángeles se enfrentaron unos con otros. Por un lado los afines a dios dirigidos por Gabriel. Por el otro las huestes insurrectas encabezadas por Lucifer.
Pero como en todas las guerras, surgen historias de amor entre bando opuestos…Porque ¿Quién puede afirmar a “pies juntillas” que los ángeles no tienen sexo?...Y he aquí que una de las razones del amotinamiento entre los ángeles era el reivindicar el derecho al libre albedrío. También se supone que lo fueron la lujuria y la vanidad. Pero si los hombres han de ser libres, y como libres han de tener la capacidad de decidir, ¿por qué no habían de tenerla los seres celestiales?.
Fue de esta manera que uno de los insurgentes encontró en el bando enemigo al ángel más bello de los que había visto jamás. En medio de la lucha, no pudo apartar su mirada hasta que se cruzo con la de ella. Y desplegó sus inmensas alas….como lo hace el águila marcando su territorio.
Retirada…Y durante el reposo los pensamientos de Araziel no podían evitar la memoria de la guerrera celestial.
Si la sensualidad hubiera sido dibujada en forma angelical , todos los grandes artistas hubieran pintado a Lauviah. Era el deseo y la inocencia mezclados; la voluptuosidad en blanco con un corazón en el que se encerraba la pasión.
Era Lauviah el sexo, la vehemencia de los físico condenada en un ángel que irradiaba belleza.
Pero precisamente por ser ángel, desconocía el misterio que se encerraba en ella misma: la lujuria dormida. Y por eso la cúpula celestial de Gabriel la tenía protegida, encerrada en el mar.
Por eso, cuando fue llamada a las filas de la guerra, Lauviah no dudo un momento en ponerse del lado de quién recibía las ordenes, pues al mismo tiempo acatarlas suponía la liberación de su cautiverio, y cuando emergió de las aguas y alzó el vuelo con sus alas, simplemente fue feliz al respirar el aire.
Algunos ángeles habían oído de su existencia, pero ninguno había logrado verla, y cuando apareció ante ellos todos se extasiaron al ver su belleza, y la gracia con la que se movía, y Gabriel supo que todos la seguirían, pues ella era la guerrera, y aprovechándose de su inocencia, la nombró a su derecha en el gran combate.
En la lucha, Lauviah estaba dispuesta a acabar con todos para seguir respirando, pero no contó con que alguien la iba a robar su propio aliento. Fue en ese primer enfrentamiento cuando sintió que alguien la observaba , y al tratar de buscar su origen, se encontró con un ángel cuya forma de mirarla no le pareció hostil. Y sonó la retirada.
Aquella noche, acostada a los pies de Gabriel, no pudo dejar de pensar en él, y la brisa de Lucifer le trajo su nombre: Araziel.
Al día siguiente el escenario fue de nuevo el campo de batalla. La lucha era más encarnizada por momentos. Todo estaba sembrado de gritos, de azulada sangre, y de alas sesgadas. Y en el fragor de la batalla Araziel sintió una presencia amenazante a su espalda, girándose rápidamente a la par que tomaba posición defensiva, justo a tiempo para interceptar el acero contrario. Un segundo eterno… Porque sus negros ojos se cruzaron con los de Lauviah, al igual que se habían cruzado sus espadas… Y tras ese segundo eterno, él reaccionó saltando y, aprisionándola por la cintura, abrió en toda su extensión los dos miembros emplumados mientras Lauviah intentaba resistirse. Se elevó por los aires, hasta los confines del cielo abandonando la zona de contienda.
Así llegaron a las orillas del mundo, donde nada había y nada les rodeaba, donde Dios no alcanzaba y mucho menos Gabriel. Tomaron tierra. Sin mediar palabra, el rebelde la abrazó para besarla a continuación. Pero no fue ni un abrazo ni un beso forzado, por que con el contacto Araziel exhaló algo que había desconocido hasta entones la guerrera…el libre albedrío. Conociéndolo, fue ella la que asió más fuertemente al íncubo. Al instante sus alas se tiñeron del mismo tono que las de él, negras como las alas de un cuervo. Había elegido. Ella misma eligió convertirse en súcubo, pasando a ser de la orden de Lilith. Con las caricias se despojaron de los petos, juntando sus cuerpos en medio del Reino de las Ausencias.
Completando el vacío de ese reino, se entregaron los alados al goce de sus cuerpos renacidos, que encajaron con la misma perfección de la creación, en un orgasmo que hizo temblar los mundos. Y después, en el agotamiento, sus cuerpos se enlazaron en un hermanamiento dulce.
Abrazados, con los labios unidos en el beso más perfecto, se entregaron a un sueño, del que ya no había regreso, pues habían quebrantado todas las normas existentes, olvidándose de la guerra en la que habían participado, ajenos a la muerte, y gozando de la vida.
viernes, 8 de mayo de 2009
CUARTO CUENTO DEL DIABLO Y LA LUNA OSCURA: LA BATALLA EN EL CIELO
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8 comentarios:
Yo como siempre tan modesta, pero qué bonito nos ha quedado
ja ja ja ja ja ja ja jaja.
Por cierto y el quinto ¿me toca a mi empezarlo?
Pues te vas a cagar que con este me lo has puesto dificil que lo sepas.
Un besito mi niñoooo. Cómo me gusta escribir cuentos contigo.
Bonito, bonito, bonito... de verdad "mis niños"...
Muchos sueños con íncubos-súcubos ultimamente ¿eh? jajaja.
Besicos mil.
Puffff precioso!! no coments
Preciosa historia escrita a dos manos...
Muchos besos.
Pero que bien os queda la colaboracion de hacer un relato, precioso el tema, precioso todo todo...por cierto la idea basica de quien fue?....jaja
Felicidades no hay cuatro sin cinco y seis y siete...
feliz fin de semana
Con cariño
Mari
Me encanta!
Besetsss :)
ALO...Nada de modestia, creo que no ha quedado nada mal...El quinto? Sip...Así que ve pensando!!!! JAJAJAJAJA
La que has liao Silvirena!!!!... De los sueños...mejor ni te explico!!! JAJAJAJAJAJAJAJA
Muchas gracias Alex!!!!
Y también a ti Silpana...
Mari, la idea se va evolucionando...Se pone un principio y lo que va surgiendo...EN este caso el comienzo fue mio...
Gracias Agüita!!! Me alegra verte de nuevo por aqui!!!
Besiiiiiitos
Os ha quedado estupendo!!pero no hacía falta buscar en los cielos, si hubierais preguntado al Ángel Nocturno, os hubiera dicho que los ángeles sí tienen sexo, jajajajajajajaj!! Seguid escribiendo cuentos, que molan mucho!!
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