ÉRASE UNA VEZ...UNAS COLINAS QUE MIRABAN...

Érase una vez, hace muchos muchos años, allá por el siglo XVI, vivía en un condado cercano a Edimburgo un muchacho cuyo nombre era Sawney. Trabajaba con su padre recortando setos y excavando zanjas. Pero cansado de ese oficio, unido a que su esposa era acusada de brujería, quiso huir en busca de mejores derroteros…

Y así fue. Un día cogió a su mujer y un atillo y partieron. Por el camino pasaron por una zona deshabitada de la región…cerca de una playa en el condado de Galloway, y viendo una cueva que allí había, decidiéron ambos aposentarse en el lugar…

En un principio, y debido a que en el fondo la pareja tenía pocos escrúpulos, sobrevivían gracias al robo y saqueo que ejercían sobre los confiados caminantes que pasaban por el lugar….Pero el transcurrir de los años, el aislamiento, la soledad y el aumento de los miembros de la familia hizo que la locura se instalara junto con ellos en su cueva. Y fue de este modo que, casi sin saber como, pasaran de tan solo atacar y agenciarse de las pertenencias ajenas a capturar a esas mismas víctimas para usarles como alimento. Así que en el clan de Sawney Beane, cada vez que veían que escaseaban sus viandas, salían a la caza del hombre…

A tal extremo se llegó, que ante la aparición esporádica de restos humanos, en las poblaciones cercanas se hablaba de hombres-lobo y demonios…Después se empezó a culpar a algún que otro candido posadero acusándoles de robar y asesinar a la gente que buscaba descanso en sus hostales…Incluso algunos de estos inocentes fueron juzgados, sentenciados y ejecutados…

Pero quiso el destino que tras 25 años de sucesos, un matrimonio cayera en las “zarpas” de la familia Beane. La esposa fue masacrada por la familia, pero el hombre se defendió y grito…Y a sus gritos acudieron un grupo de treinta personas que regresaban a casa tras pasar el día fuera….Al percatarse, los caníbales emprendieron la huida hacia las colinas…Y el hombre consiguió narrar lo sucedido tras ser rescatado por la treintena de personas…Este testimonio llegó a oídos de James I de Inglaterra, que envió a la zona a 400 soldados acompañados de perros de caza…Los soldados encontraron la cueva…y lo que allí vieron fue inenarrable…El clan antropófago también había practicado el incesto…El padre con las hijas y nietas, la madre con hijos y nietos, hijos con hermanas, hermanas con sobrinos…imaginaros todas las “combinaciones”…El resultado fue que encontraron a Sawney Beane en compañía de su esposa y además ocho “hijos”, seis “hijas”, dieciocho “nietos” y catorce “nietas”…De 2, la “jauría” había aumentado en un total de 48 “personas”!!!!…De entre los restos de sus víctimas había partes en salazón, ahumadas y en vinagreta para su mejor conservación…

Tras ser apresados ni siquiera fueron juzgados…Directamente fueron ejecutados…Y ya no te contaré más, porque no se nada más...

Os parece un terrible cuento de terror???...Pues este relato, que puede incluso provocar la náusea, es un hecho real!!!!...Aún hoy, en aquellos lugares de Escocia, se canta la “Balada de Sawney Beane”:

“No vayas por Galloway,
ven, espera un rato, mi amigo,
te hablaré de los peligros.
Ten cuidado con Sawney Beane.
Sabemos que él espera allí,
pero su cara raramente se ve.
Sawney tiene una esposa e hijos.
Sé cauto para que ellos
no cojan tu caballo y viertan tu sangre
en la cueva de Sawney Beane.
Desean ver tu garganta cortada.
Uno de ellos limpiará tu cadáver.
Mas no temas tanto: los soldados
vigilan los paseos.
Es un mandato del rey:
llevan la orden de fuego y espada
A Sawney Beane y los suyos
los han colgado alto en el torreón de Edimburgo”

…Y el relato sirvió a Wes Craven para su película “Las colinas tienen ojos”… Y también sirvió de “inspiración” para la “Matanza de Texas”…y otras tantas películas de este tipo…

Y es que a veces la realidad puede superar con creces a la ficción…PARA QUE LUEGO DIGAN, SI VAS POR EL BOSQUE, QUE CUIDADO CON EL LOBO!!!! JA!